top of page
Buscar

DIBUJAR UNA OREJA PASO A PASO

Foto del escritor: Antonio AmiliviaAntonio Amilivia

Actualizado: 22 dic 2024



Las orejas humanas, junto con otras partes de la cabeza y la cara, son extremadamente variadas en cuanto a forma, tamaño y carácter. Pero a pesar de su diversidad, tienen una estructura uniforme, que debe tenerse en cuenta a la hora de representarlas. La base estructural del pabellón auricular consta de formas curvas complejas. En el interior de la concha hay una base cartilaginosa, excepto en la parte inferior, el lóbulo auricular. Los bordes de la oreja presentan un engrosamiento, un rizo. En la parte media hay un eje que sobresale hacia arriba con ramas que se bifurcan, el antihélix. Hay una cavidad en el centro de la oreja. En el borde anterior hay un saliente característico: un trago. Frente al trago se encuentra otra protuberancia, el antitrago. Debajo del trago, en la cavidad auricular, se encuentra el orificio auditivo externo. La parte inferior de la oreja se denomina comúnmente lóbulo (Figura 1).


Fig. 1
Fig. 1

La oreja está unida por su base a la superficie lateral de la cabeza, su eje longitudinal es paralelo al eje longitudinal de la nariz y a la rama mandibular. El borde superior de su fijación se encuentra aproximadamente a la altura del rabillo del ojo (Figuras 2 y 3).


Fig. 2
Fig. 2

Fig. 3 Localización de la oreja en la superficie de la cabeza
Fig. 3 Localización de la oreja en la superficie de la cabeza

Para representar la oreja, los dibujantes deben conocer no solo su estructura, sino también las reglas de representación en el plano. Para transferir correctamente el carácter del modelo, es necesario precisar las dimensiones relacionando la anchura con la longitud de la oreja y, a continuación, la masa principal de la oreja con su parte inferior: el lóbulo. Hay que tener en cuenta que determinar correctamente las proporciones de las piezas en el dibujo es crucial.


El dibujo debe comenzar con una descripción de la forma general. El diseño de la forma de la oreja se basa en las formaciones cartilaginosas, por lo que el dibujo debe guiarse por puntos de referencia constructivos (Fig. 4b). Estos puntos de la oreja son protuberancias y depresiones características dictadas por su estructura anatómica. El conocimiento del esquema constructivo de la oreja ayuda a construir correctamente las imágenes, observando las leyes de la perspectiva, y disuade de hacer trazos sin sentido (Fig.4,a).


Fig. 4,a. Fig. 4,b.
Fig. 4,a. Fig. 4,b.

La representación de la oreja debe comenzar con la definición de la línea central, que ayuda a establecer correctamente su posición. Al mismo tiempo, al construir la forma de la oreja en un giro de tres cuartos, trazaremos la posición de su superficie en el espacio. Los contornos exteriores de la superficie auricular se asemejan a un plano elíptico. En esta posición, según el grado de alejamiento de la oreja, el plano elíptico de la oreja estará casi en ángulo recto con el dibujante, es decir, frontalmente. El hecho es que en algunas personas la oreja está muy pegada a la cabeza, mientras que en otras personas la oreja está significativamente separada de ella. Por lo tanto, la representación correcta de la compleja forma espacial de la oreja, depende en gran medida de lo bien definido que esté el lóbulo, en relación con el punto de vista del dibujante.


Una vez marcado correctamente el plano elíptico de la oreja, se procede a la definición de los puntos constructivos. La Fig. 4b ilustra la localización de estos puntos en la oreja. A continuación, con un ligero toque de lápiz, traza el contorno general de la forma de la oreja, tras lo cual deberás proceder al dibujo de las partes que la componen. Al colocarlas en el contorno, hay que fijarse en las características estructurales distintivas de estas partes. Observa al mismo tiempo las proporciones de las partes entre sí y de estas con respecto al conjunto. Al colocar las partes de la oreja, hay que respetar las relaciones proporcionales para que el dibujo sea correcto y más convincente. Por ejemplo, la forma del rizo no debe dibujarse ni gruesa ni demasiado estrecha. No es necesario agrandar la cavidad auricular ni desplazarla hacia abajo. El trago no debe desplazarse hacia arriba ni sobrepasar el borde anterior de la oreja, etc.

Fig. 5
Fig. 5

Fig. 6
Fig. 6

Fig. 7
Fig. 7

Es necesario observar cuidadosamente el grosor y el carácter del hélix y el cambio de su forma a medida que se avanza hacia la parte hueca de la oreja. También debe observarse el carácter y el grosor de la curvatura de las formas antihélix, especialmente en la sección media de la oreja, frente al trago en la superficie más saliente. El rodillo que sobresale del antihélix delimita la parte hueca de la oreja y linda en esta parte con el borde engrosado del hélix. El antihélix se bifurca hacia arriba y pasa con sus ramas por debajo del rizo superior.


Como decimos, hay un pequeño saliente opuesto al trago, el antitrago, y entre ambos se encuentra la escotadura intertráguica. Ahí comienza el lóbulo de la oreja. El lóbulo de la oreja, a diferencia de la parte principal de la concha, carece de base cartilaginosa. La estructura del lóbulo es muy variada. Los lóbulos pueden ser abultados, planos, angulosos o incluso casi ausentes, fusionándose con la superficie subyacente. En algunas personas, la superficie de la forma del lóbulo de la oreja está en el mismo plano que toda la superficie del pabellón auricular, mientras que en otras está en planos diferentes. Esto se debe a la estructura individual del oído y sus componentes. Además de los bocetos y croquis del natural, para aprender a fijarse en los rasgos distintivos de las formas de las orejas hay que acostumbrarse a examinarlas detenidamente en distintas personas, observando cada detalle por separado y en interrelación con otras partes de la oreja.


En relación con el sombreado tonal, lo primero a lo que hay que prestar atención es a la iluminación. Es importante observar la relación entre las líneas y el tono. Las líneas delinean la forma de la oreja y representan los límites de la transición entre las formas de luz y sombra en sus partes individuales. La forma de la oreja puede ser difícil de definir debido a la presencia de numerosos detalles en su superficie. Por lo tanto, al representar la oreja, hay que tener mucho cuidado de no alterar los patrones de forma característicos. Primero hay que esbozar las partes más oscuras de la forma y, a continuación, dar cuerpo al volumen con gradaciones tonales básicas: luz, penumbra, sombra y sombra proyectada. Las zonas más iluminadas de la oreja no deben tocarse.


Cuando trabajes con un patrón de sombra proyectada, recuerda que la sombra proyectada refleja principalmente tanto la propia forma como la forma de la superficie sobre la que cae. Al identificar las zonas individuales de las partes de la oreja, hay que recordar relacionar unas partes con otras y con el conjunto.


Para desarrollar mejor la mano y aprender a controlar perfectamente el lápiz, la mano y los dedos, es necesario trabajar con lápices blandos desde HB, y a veces hasta 5-6B. Cuando se trabaja con lápices duros, no hay posibilidad de sentir la diferencia de tono, porque el trabajo sobre un dibujo se hará en la misma tonalidad. Al revelar la forma con un tono, los trazos deben ponerse de acuerdo con la forma, evitando trazos innecesarios que no ayuden a revelarla.


A continuación, traza las partes individuales de la oreja para asegurarte de que están relacionadas entre sí y no se apartan de la forma general. También hay que prestar atención a la solución tonal. La intensidad tonal del reflejo no debe ser superior a la de la luz. Los contrastes de luz y sombra en profundidad espacial no deben sobresalir, etc.


El resultado del trabajo realizado depende en gran medida de lo bien definidas que estén las relaciones tonales en el dibujo. Hay que fijarse en los tonos más oscuros y más claros y a partir de ellos, comparando semitonos, llevar el dibujo a una solución completa. Por lo tanto, cuando trabajes en partes de la oreja, no pierdas de vista la forma de la oreja en su conjunto. Al mismo tiempo, observa la naturaleza de la forma de la oreja y de cada una de sus partes. Trabajando sobre las partes individuales, no las sombrees en exceso, o viceversa. Presta atención a la integridad de la imagen.


La complejidad del dibujo radica en que hay que considerar al mismo tiempo la proporción, la perspectiva, el carácter, la forma, la profundidad espacial, el contraste, las relaciones tonales y la anatomía.


Fig. 8  Etapas de la construcción lineal-constructiva de la oreja
Fig. 8 Etapas de la construcción lineal-constructiva de la oreja

Para unir todas las partes de la oreja, hay que suavizar o suprimir las zonas excesivamente oscurecidas y los bordes muy perfilados del molde, y reforzar los bordes insuficientemente perfilados. Si la forma está excesivamente fragmentada, debe generalizarse, la luz debe hacerse sólida, disminuyendo uniformemente a medida que se aleja de la fuente de luz. Las zonas de sombra deben mantenerse dentro del tono general. Las partes de la oreja que están en primer plano deben estar más marcadamente elaboradas que las del fondo. Una vez terminado el dibujo de la oreja hay que revisarlo. Al hacerlo, comprueba que todos los detalles estén subordinados al conjunto. La integridad del dibujo se garantiza reforzando la forma principal, y los detalles que rodean su forma no deben distraer la atención de la forma principal.


Los mejores sujetos para estudiar y esbozar las formas de la cabeza humana son, como siempre, tus propios ojos, nariz, labios, orejas, así como las formas expresivas de las cabezas de personas conocidas y cercanas.


Esto te brinda la oportunidad de consolidar tus conocimientos y habilidades de dibujo, dominar mejor el material de aprendizaje y memorizar la estructura constructiva de la forma. Junto con el dibujo continuo del natural, es necesario realizar bocetos y croquis cortos, así como dibujos de memoria (Fig.10).


Fig. 10 Bocetos y croquis cortos de la oreja
Fig. 10 Bocetos y croquis cortos de la oreja

Gradualmente se debe pasar a dibujar partes adyacentes, por ejemplo, nariz y labios, mentón y oreja, etc. El dibujo de las partes en interrelación ayudará a fijar las proporciones de todas las partes de la cabeza y servirá de buena preparación para la transición a la representación de una cabeza humana.

73 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


©2020 por Antonio Amilivia. Creada con Wix.com

bottom of page